miércoles, 12 de noviembre de 2014

Rutina


 
Como cada mañana, tragó a pequeños sorbos

Su café, cuidadosamente elegido,

Ese que disuelve inmisericorde los sueños.

 

Como cada mañana, se sentó a su mesa de trabajo,

Y revisó en su agenda las citas del día con la muerte.

Para vivir. Para no dejarse morir.